Saludos internautas. Siempre nos hemos preguntado ¿Cuál es el sentido de nuestra vida? ¿O si hay una continuidad después de la muerte? Nuestra existencia nos provoca miedo y al mismo tiempo desconcierto.
Evolución de la conciencia humana
Hace más de 300.000 años surgió nuestra especie, el Homo Sapiens, y empezamos a desarrollar una conciencia que nos permitió darnos cuenta de donde estábamos. Descubrimos que vivíamos en un lugar extraño que compartíamos con otros seres. Algunos de ellos los podíamos domesticar, otros eran agresivos con nosotros, incluso nos los podíamos comer. También teníamos vegetales, frutas y agua en abundancia. En todo este prodigioso mundo también había metales que podíamos usar para fabricar herramientas y objetos. En lo alto del cielo comprobamos como había una esfera amarilla que nos daba calor. Por la noche aparecían las estrellas y otro foco de luz con manchas nos iluminaba. Parecía que era un mundo ideal creado para nosotros. Debía existir algo más grande, un ser superior que había creado todo esto y que nos protegía. Era nuestro hogar, la cúspide de la creación, el centro de todo un universo hecho para nosotros.
Descubrimientos a lo largo de la historia
Pero conforme nuestra civilización evolucionaba, más aprendimos de nuestro mundo y nuestra especie. Descubrimos que las estrellas no estaban ahí para nuestro disfrute, sino que eran otros soles como el nuestro. Tampoco éramos el centro del universo, y que éste era mucho más grande y antiguo de lo que habíamos imaginado. Nosotros tampoco aparecimos como por arte de magia, sino que fuimos evolucionando de organismos más simples por selección natural. Esto nos sacaba de la cúspide de la evolución y nos acercaba con humildad a ser seres especiales, pero no mejores ni más divinos que el resto. El estudio de las leyes universales, la naturaleza y los viajes espaciales nos han dado una perspectiva asombrosa de nuestro mundo.
Vivimos en un diminuto punto azul pálido. Un planeta más, que orbita una estrella más, sumergida en el brazo de una galaxia espiral, con más de 200.000 millones de estrellas similares a la nuestra, con muchos más planetas. Una galaxia incluida en un grupo de más galaxias, y este grupo formaba parte de una estructura mayor llamado supercúmulo de Virgo.
Pero incluso este supercúmulo, solo es uno de los más de los miles que componen el universo observable, que podría tener un diámetro de más de 93.000 millones de años luz. Es muy posible que haya más superestructuras y el universo sea aún más grande, pero de momento aquí llega nuestro conocimiento. La física define al universo como un sistema cuántico aislado, como un campo unificado de ondas, en expansión acelerada y no determinista.
La perspectiva del tiempo en el universo infinito
En este inmenso espacio, hay posiblemente billones de galaxias y muchas más estrellas y planetas, algunos seguramente como el nuestro, pero la mayoría de los objetos y el mismo vacío son hostiles a nuestra forma de vida. Solo en este diminuto punto azul podemos vivir, lo que nos hace pensar que somos producto de la casualidad o un elemento más de este cosmos.
Pero el concepto más escalofriante y al mismo tiempo desconcertante que nos enfrentamos, no es el tamaño del universo, sino el tiempo, el tiempo que podemos vivir. La vida humana puede durar unos 100 años, eso con mucha suerte, equivalente a 5.200 semanas. Significa que si tienes más de 30 años, ya has vivido un tercio de tu vida, parece mucho tiempo, pero no lo es tanto, caminamos con paso firme hacia la muerte, nuestros cuerpos se descompondrán y el orden molecular que tenemos acabará transformándose en mayor entropía y todo lo que somos se fundirá con otros elementos dejando de existir como individuos.
Diferentes perspectivas sobre la existencia después de la muerte
Algunos creen que hay algo en nosotros que perdura después de la vida, mientras que otros tienen una perspectiva lógica y pesimista de que esta podría ser la única vida que tenemos y que desapareceremos para siempre. La conciencia humana podría ser un trágico error de la evolución, pero también existe la posibilidad de que nuestra vida sea un simple parpadeo de otra siguiente y podamos encontrarnos en otro universo con un cuerpo diferente.
El sentido de la vida según la ciencia y la filosofía
La hipótesis personal del autor es que el sentido de la vida es la experiencia y la supervivencia, y que la vida es una forma que puede garantizar la existencia del universo. La religión, por otro lado, dice que el sentido de la vida se encuentra en una realidad alternativa y que nuestro comportamiento determina si vamos al paraíso o al infierno. La filosofía analiza de forma lógica y crítica el sentido de la vida, y para Confucio lo importante era la educación de personas virtuosas y sensatas. Por otro lado, el nihilismo dice que es absurdo que se hayan creado tantas estrellas y planetas solo para nosotros.
La conciencia humana y su lugar en el universo
Nuestra conciencia nos ha permitido darnos cuenta que nuestro planeta y el resto del universo no se han creado especialmente para nosotros, aunque hemos descubierto gran cantidad de fenómenos naturales y partículas subatómicas que antes las atribuíamos a deidades.
Esto no lo hace menos interesante, al contrario, es apasionante saber que nuestro mundo es mucho más complejo y fascinante de lo que creíamos. Seguramente en este escenario tenemos una vida y nos da auténtico terror, pero también nos libera de muchos prejuicios y creencias.
La importancia de vivir una vida significativa en el universo
Cuando nuestra existencia termine, todo el odio, el amor, las alegrías, incluso las humillaciones que hemos recibido y las injusticias desaparecerán para siempre. Al final de los tiempos, cada buena o mala acción que hayamos cometido no importarán. Si nuestra vida es lo único que tenemos para experimentar, entonces debemos aprovecharla al máximo. Es posible que la vida no tenga sentido alguno en sí misma, pero nosotros podemos determinar su propósito y hacer algo con nuestra vida para que tenga sentido. El sentido no es algo que hay que encontrar sino construir día a día. Un día desapareceremos y la humanidad se extinguirá, pero mientras llega ese momento, podemos experimentar la amistad, el amor y ser lo más felices que podamos. El hecho de que podamos pensar tantas cosas y hacernos preguntas sobre nuestra existencia ya es algo increíble. Somos una parte más del universo, lo mismo que las estrellas, los planetas y nebulosas, pero algo más especial. Somos la parte del cosmos que tiene consciencia y puede dar un sentido a su existencia. Aún hay mucho por descubrir allá afuera y estamos en un extraordinario viaje que justo acaba de empezar. Ayudemos a otras personas, tratémoslos con respeto y aprendamos a convivir con nosotros mismos. Hay tanto por hacer, que posiblemente ya hayamos agotado parte del tiempo que nos queda. Hagamos del mundo un lugar mejor para todos. Ayudar a los demás, es una forma de ayudarnos a nosotros mismos y ser felices.
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